“La frase, madre que trabaja es redundante”. Jane Sellman, escritora y académica estadounidense.
Con motivo del día de la Madre, presentamos dos obras icónicas y breves apuntes sobre la iconografía de la maternidad en la historia del arte, para conocer cómo se ha proyectado el arquetipo de la madre, y la manera de inspirar a las y los artistas a lo largo de todos estos años.
En Culto le apostamos por mostrar el lado más humano, visceral desgarrador de la maternidad. Por un concepto en el que se des idealiza aquello por lo que entendemos es ser madre.
A continuación, escogemos estas obras para exponer y rendir homenaje a aquellas madres de carne y hueso en su rol más real, así como figuras que entrañan los valores de esta gran labor humana.
En el siglo XIX, el arte comienza a liberarse de lo religioso y a mostrar sus tintes más humanos y sentimentales. Así, el concepto de maternidad comienza a deconstruirse. Es el momento en el que la maternidad adquiere una identidad más humana y real, pues se presentan las dificultades de las madres de las clases sociales más bajas, que sin duda son bastante más complejas que las de cualquier otro individuo sin hijos.
Sin embargo, las imágenes de maternidades son representaciones conmovedoras realizadas en su mayor parte por autores masculinos como Picasso, Klimt o Chagall. A finales de la década de los años sesenta, el movimiento feminista reivindica la importancia del rol de la mujer, y artistas como Frida Kahlo se convertirán en iconos del feminismo, cuestionando esa iconografía como espacio de identidad femenina.
Desde entonces las mujeres han expresado su lado más personal, representando la maternidad desde una perspectiva más cruda y reflexiva, en muchas ocasiones como un trauma, rompiendo el mito que idealizaba la experiencia y cuestionando los beneficios de ser madre en el siglo XXI. El tema de la maternidad hoy en día está tratado mayoritariamente por mujeres de diferentes disciplinas. Frida Kahlo fue una de las pioneras.
Otra artista que queremos exaltar hoy es a Louis Bourgeois, quien con su escultura Mamá le rinde un homenaje a su madre, que como todas las arañas era tejedora. Sus famosas arañas simbolizan la madre que construye el nido donde cría y protege a sus hijos.
En su obra, encontramos una ambigüedad sobre la maternidad. La madre es protectora y depredadora al mismo tiempo, teje la seda tanto para fabricar el capullo como para defenderse de los depredadores. Puede ser frágil y fuerte al mismo tiempo, sentimientos complicados que presenta la madre hacia sus hijos y los hijos hacia la madre y la protección que les terminará debilitando para defenderse en la vida.
Queremos terminar este especial del día de las madres con la frase de una gran artista:
“Fue una gran conmoción, no tenía ni idea de lo que era el instinto maternal. Ni tenía idea que iba a poseerme un instinto maternal tremendamente fuerte. No había tenido ningún indicio de ello antes que nacieran mis hijos, pero fue algo que emergió de las profundidades”. Leonora Carrington, pintora, escultora y dramaturga mexicana de origen inglés.
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