Maria Paula Álzate

Maria Paula Álzate

Maria Paula Álzate

Acerca de su trabajo

Su constante búsqueda es el color. 

Lleva cinco años explorando la interconexión entre el color, la luz, aquello nos une como humanidad y el óleo como materia siempre viva, metáfora de perpetuidad que se amasa y se estira.

Percibe los colores como más que simples pigmentos en un lienzo; como portadores de conocimiento. A través de ellos se revela la esencia misma de su entorno, de los elementos que componen el universo; una verdad que emana de la luz y que resignifica sus propias formas de percibirlo. Sin embargo, este espectro de luz es vasto y complejo, y el ojo humano solo puede percibir una fracción de él. 

Es en la sutileza, en lo que se dice entre líneas, los matices y las tonalidades, donde invita a descubrir al espectador la profundidad y riqueza de la experiencia visual. De allí parte su obra: captura no sólo formas, sino también emociones, intenciones y texturas que entran en diálogo con quien la observa, un interlocutor que complementa la obra y que juega con las abstracciones para encontrar en ellas significados y realidades que están ocultas a simple vista.

A María Paula le ilusiona seguir llevando sus obras a un plano escultórico en el que la tecnología le permite complementar y expandir las posibilidades de su desarrollo creativo.

Biografía

Durante más de 15 años, estuve sintiendo un llamado profundo por el arte, en el que me visualizaba pintando y exponiendo; creando obras atravesadas por mis narrativas que no

solo cautivaran a quien las admirara, sino también llevaran mensajes poderosos de transformación. Entraba a una galería, a una exposición, a un museo y mi corazón palpitaba y se perdía en un sueño, en ese entonces, imposible de alcanzar. Durante mucho tiempo silencié ese llamado porque no sabía por dónde comenzar. 

Estudié Literatura en Bogotá e hice una maestría en Medios, Literatura y Cultura, en Alemania, país en el que viví durante 8 años. En 2019, después de visitar la casa museo de Guayasamín en Quito, decidí lanzarme y volví a nacer: comencé, desde el impulso y la intuición, sin miedos, mi carrera como artista conociendo el óleo y sus texturas. Desde entonces soy más feliz y no he parado: he producido más de 600 obras físicas, las cuales algunas han llegado a países como Estados Unidos, Canadá, Ghana y varios de Europa y América Latina, y he tenido la fortuna de exponer en Milán, Washington, Bogotá y Bucaramanga.